El  masaje sonovibracional consiste en la propagación continua y focalizada de las ondas vibratorias de cuencos tibetanos posados directamente sobre el cuerpo, afectando positivamente órganos y líquidos internos. Este micromasaje armónico puede utilizarse en diferentes partes de nuestro cuerpo, dependiendo de lo que queramos sanar. En esta técnica el sonido cumple un papel fundamental, ya que los cuencos empleados, al ser golpeados o friccionados producen armónicos cuya vibración opera en las distintas regiones del organismo. La resonancia de los cuencos también modifica el patrón de las ondas cerebrales y eso ha hecho que sean empleados también en la meditación. Facilitan la aparición de estados de conciencia más elevados y, como resultado se alcanza la paz mental y espiritual a la vez que un mayor equilibrio entre ambos hemisferios cerebrales.